NO TE HAGAS DE ROGAR PARA SER SALVO
Juan 6: 37.
Jesús dice. "Al que a mí viene, no le echo fuera".
No esperes mejorar, o arreglar todos tus problemas para acudir a Jesús.
Vé ahora mismo por el perdón y la transformación que Dios te ofrece
Salmo 51: 17.
"Un corazón contrito y humillado, no despreciarás tú, oh Dios", exclamó David, cuando estaba en su peor crisis espiritual y obtuvo el perdón y la restauración.
Reconoce tus maldades, deja de practicarlas, avergüénzate de ellas y acude con humildad ante Dios. Él no te va a despreciar.
Jeremías 18: 7- 8.
Aunque el juicio ya esté en camino, si Dios ve que te arrepientes de verdad, te otorgará su perdón absoluto.
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