EL MÁS GRANDE DESCONCIERTO
Como seres humanos limitados, nos sentimos muy desconcertados cuando esperamos un auxilio o una respuesta precisa de Dios pero sólo recibimos por respuesta el silencio de Dios y ninguna explicación de lo que nos pasa en ese momento.
Este mismo sentimiento de confusión y desaliento fue experimentado por grandes personajes de la Biblia como José, Moisés y el ejemplo por excelencia: Job.
Hoy a la luz del Evangelio, sabemos que el creyente está expuesto a desprecios y tribulaciones como cualquier otro ser humano y que lo que debemos hacer es mantenernos firmes en la fe sin importar lo que suceda.
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