FE Y OBRAS
Este asunto tiene confundidos a millones de personas debido a que se alínean en dos extremos innecesarios:
Unos afirman que con solo la fe ya somos salvos y que no debemos de preocuparnos de nada más.
Los del grupo opuesto afirman que es sólo a través de las buenas obras que nos ganamos la salvación.
¿Cuál es la verdadera respuesta?
El apóstol Santiago escribe su carta para reconciliar estos dos puntos de vista que parecen muy opuestos.
Dice Santiago, inspirado por el Espíritu Santo, que las obras y la fe, no se contradicen sino que se complementan. La fe sin obras está muerta y las obras sin fe, tampoco sirven. Las dos son necesarias, pero deben ir unidas.
La salvación es gratis pero como ciudadanos del nuevo Reino, debemos de ser muy diligentes en obedecer los lineamientos de nuestro Padre Dios.
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