LA ACTITUD CORRECTA
Por causa de nuestra herencia pecaminosa, pocas personas tienen la actitud correcta para vivir conforme a las leyes de Dios, porque todos creemos que tenemos el derecho de vivir como mejor nos parezca y que los demás se tienen que aguantar nuestra forma de ser. Así es que nos comportamos con descortesía, y a veces con grosería porque no pensamos en los derechos de los demás.
En el capítulo 2 de la carta de Pablo a los Filipenses, el apóstol se anticipa a cualquier pretensión de orgullo, que puedan sentir los filipenses y les dice que la forma correcta de comportarse, es sentir lo que Cristo sentía: humildad, comprensión, deseos de obedecer a Dios en todo, incluyendo la disposición a morir.
Si adquirimos esa actitud, que sólo nos la entrega Jesucristo, seremos elementos efectivos en el plan de Dios.
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