UN HONOR NO DESEADO
1 Timoteo 1: 15 "... Cristo
Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el
primero."
1 Corintios 15: 9 "...Soy
indigno de ser llamado apóstol porque perseguí a la iglesia de Dios"
Considerarse el pecador más grande del mundo no es
un honor para ningún ser humano, pero ningún remordimiento, si no es obra del Espíritu
Santo, será suficiente para calificar los pecados que cometemos contra Dios.
En 2 Reyes 21: 1- 18, encontramos la narración de
la vida del rey Manasés, el rey más malvado que tuvo el reino de Judá, su
maldad llegó a niveles que ni siquiera los que desconocían a Dios cometieron.
Pero luego en 2 Crónicas 33: 1- 20, este rey tan
perverso se arrepiente y alcanza el perdón y la restauración.
La misericordia de Dios alcanza para perdonar toda
clase de pecados si la persona se arrepiente de verdad y se aparte de sus
pecados. No se limite por lo que su conciencia le indica, acuda a Jesucristo dijo:
"Al que a mí viene, no le echo fuera" Juan 6: 37.
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