EL CUERPO SOMETIDO AL ESPÍRITU
SOMOS ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO
EL PROCESO DEL QUEBRANTAMIENTO
Consagración: Rendición total a Dios para recuperar la efectividad del Evangelio.
La consagración permite al Espíritu Santo, obrar sin restricción... así que no le parezca extraño cuando muchos sucesos inesperados le acontezcan después de su consagración. Cuanto nos sucede está ordenado por Dios. Muchos de esos sucesos son necesarios para erradicar de nosotros lo que nos impediría entrar al cielo.
Disciplina del Espíritu Santo: Este es el sendero verdadero. Muchas veces las duras pruebas que sufrimos son causadas por el Espíritu santo.
Iluminación: La ceguera espiritual desaparece, vemos todo con claridad. Nos podemos ver como nos ve Dios, hasta 10.000 veces peor de lo que creíamos.
Impresión: ¿Qué concepto se forman?¿Cómo nos ven los demás?
Edificación: Manifestaciones sensibles del Espíritu Santo. Por medio de cualquier hermano o situación crecemos espiritualmente. Cambiamos para bien.
Mansedumbre: Servicio con humildad, amabilidad y generosidad.
Tratamiento personalizado: Conforme al plan del Espíritu Santo que puede ser muy diferente a nuestros conceptos.
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