ODIO MILENARIO
De nuevo, las matanzas fratricidas e indiscriminadas en la franja de Gaza, nos ponen nerviosos a todos, especialmente a quienes estamos atentos a las profecías Bíblicas.
Para los hijos de Dios, todo lo relacionado con el pueblo de Israel, es de suprema importancia porque no olvidemos que Israel, sigue siendo el Pueblo elegido por Dios como el líder de todas las naciones, aunque a duras penas lo encontremos en los mapas y siga siendo el pueblo más odiado, envidiado y perseguido de toda la historia de la humanidad.
Estas matanzas que hoy siguen ocurriendo entre árabes y judíos, pueblos hermanos, tienen su origen en el momento en el cual Abraham y Sara quisieron "ayudarle" a Dios en el cumplimiento de la promesa de darles un hijo aunque ya eran muy viejos.
A Sara se le ocurrió que como ella no podía tener hijos, Abraham podía embarazar a Agar, la esclava egipcia que ellos tenían, y de ese modo el hijo de la esclava vendrá a ser el hijo que Dios les había prometido.
Todo salió terriblemente mal.
La esclava sí tuvo el hijo planeado por Sara, pero Sara también tuvo el verdadero hijo de la promesa.
De cada uno de estos dos hijos de Abraham, surgieron sendas naciones:
Los Israelitas descendientes de Isaac, y los árabes descendientes de Ismael, el hijo de la esclava egipcia.
Ambas naciones tienen bendiciones de Dios y de su padre Abraham, así es que ambas compiten ferozmente por la tierra que consideran su herencia.
Este odio milenario no cesará sino cuando Jesucristo regrese en vivo a poner todo en orden.
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