ORAR Y RECIBIR
Jeremías 29: 13.
" Me buscarán y me hallarán porque me buscarán de todo corazón".
Usa esta fórmula para orar y recibir:
Dile a Dios lo que hay en tu corazón como cuando lo haces ante un amigo, con emoción o placer o dolor.
Háblale de tus problemas para que te consuele.
Exprésate, dile tus anhelos para que los purifique.
Dile lo que a ti te agrada pero que le desagrada a Él, para que te ayude a superarlo.
Háblale de tus tentaciones para que te proteja de ellas.
Enséñale las heridas de tu alma para que las sane.
No le encubras tu indiferencia hacia lo bueno.
No le encubras tu gusto depravado por lo malo.
No le encubras tu inestabilidad.
Dile como tu amor egoísta te hace injusto para con los demás.
Dile como te tienta la vanidad para aparentar lo que no eres.
Dile como el orgullo te hace ocultarte de ti mismo y de los demás.
Si le expones todas tus debilidades, necesidades y preocupaciones, nunca te quedarás corto de cosas que decir, pues siempre habrá algo nuevo que expresar.
Cuando dos personas no tienen secretos entre ellas, nunca agotan los temas de conversación.
No miden las palabras porque no hay nada que ocultar.
No utilizan lenguaje ni temas rebuscados.
Hablan de la abundancia de su corazón, sin premeditarlo; sencillamente expresan lo que sienten y piensan.
Cuando piden algo lo hacen con fe, con la confianza de que van a ser oídas.
Felices los que alcanzan esa clase de comunicación con Dios tan íntima y sin reservas.
Francois Fénélon.(9 Un pensador francés del siglo XVII.
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