¿LAMENTACIÓN DOLOROSA O FIESTA EN EL CIELO?
Lucas 19: 41- 44:
"Y cuando llegó cerca de la ciudad al verla lloró sobre ella diciendo: ¡Oh si también tu conocieras a lo menos en este día lo que es para tu paz!, mas ahora está encubierto de tus ojos porque vendrán días sobre ti cuando tus enemigos te rodearán con vallado y te sitiarán, y por todas parte te estrecharán y te derribarán a tierra y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación".
Mateo 23: 37, 38:
"¡Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas, apedreas a los que te son enviados!¡cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! e aquí vuestra casa os es dejada desierta".
El Señor Jesucristo veía como un hecho, la nueva destrucción de su amada ciudad. Destrucción como la que observaron los profetas Jeremías y Daniel años atrás.
En la primera destrucción de Jerusalén, Jesús no había venido en carne, pero antes de la segunda, Jesús predicó e hizo muchos milagros en las calles y casas de Jerusalén, pero fue desconocido y rechazado por su pueblo hasta el punto de matarlo. "¡Que judíos tan malos!", ha repetido la gente por casi 2000 años.
Pero no nos damos cuenta, que hoy como en los días de la primera semana santa, la gran mayoría de seres humanos sigue ignorando y rechazando al Salvador del mundo, porque aman más al pecado, y ven a Jesús como un incómodo obstáculo para sus pasiones desordenadas.
Si aceptas el perdón de Jesús con humildad y sigues sus normas, Él no tendrá que llorar por tu rechazo, indiferencia y eterna condenación, POR EL CONTRARIO, EN EL CIELO HABRÁ UNA GRAN FIESTA PORQUE TÚ PERTENECERÁS AL GRUPO DE LOS SELECCIONADOS PARA LA SALVACIÓN.
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