MÁS SANTOS, MÁS EFECTIVOS

MÁS SANTOS, MÁS EFECTIVOS

Una vida espiritual frenada e improductiva, es señal de contaminación y compromisos con el mundo pecador que se opone a Dios.
Si queremos avanzar en la comunión con Dios y con los demás, tenemos que renunciar a las vanidades, placeres y suciedades de las cuales está lleno el mundo que nos rodea.
Si queremos ser instrumentos de honor, en las manos de Dios, es imperativo vivir en santidad, de lo contrario, quizá solo seamos recipientes para la basura.
2 Timoteo 2: 20, 21.

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